lunes, 4 de junio de 2012
Humillante, pero no queda otra
Se venden más coches y jamones de lujo que nunca, pero hay otra España.
Las colas de la pobreza se alargan.
- La clase media, azotada por la crisis, se convierte en el nuevo cliente de los repartos de alimentos
- El paro y los bajos salarios y pendiones la empujan a los servicios de Cruz Roja
- "Es humillante, pero no queda más remedio", asegura Nieves, de 55 años, con la bolsa llena de provisiones. Acaba de estrenar el servicio de la ONG, que reparte alimentos una vez al mes a los residentes en este municipio
- Mis hijos están con su padre. Yo no puedo mantenerlos, afirma una madre
- Gente que ingresaba hasta 3.000 euros al mes en dos sueldos, que se ha quedado sin ingresos y con hipoteca o alquiler que pagar e hijos que mantener
- "Salgo a buscar trabajo cada mañana y vuelvo con las manos vacías", asegura Jafi. Con "ocho euros" en el monedero
- Las empresas no quieren a gente de más de 45 años
- "Yo estoy acostumbrada a luchar la vida, pero mis hijos están aterrados..."
- El fuerte crecimiento de valencianos que no tienen ni para la alimentación básica dispara las alarmas
- Una jubilada cuenta entre sollozos que come todos los días gracias a la caridad. No se lo ha dicho a sus tres hijos parados, porque reparte su pensión de 540 euros entre ellos
- Como los 200.000 hogares de la Comunidad Valenciana en que todos sus miembros están en paro
- Los indicadores asustan. Una de cada cuatro familias valencianas está bajo el umbral de la pobreza
- Uno de cada tres ancianos vive en la miseria
- El 23% de las personas que en 2007 atendió Cáritas en Valencia era española; el pasado año esa cifra se elevó al 40%. Y la escalada continúa
- La pobreza se ha extendido y acosa a los que antes pertenecían a la clase media
- el problema se ha recrudecido en los últimos meses
- de los regalos que se hacen, mientras tanto, a los poderosos, ni hablamos