lunes, 16 de marzo de 2015
El desastre del AVE
Cuando hacemos un viaje en AVE decimos aquello de "qué rápido", "qué cómodo", etc, pero esconde un fiasco económico colosal.
Los costes han sido disparatados para un pais como España, seguro que hubiera sido mejor reformar las lineas de tren sin tanta ingenieria.
Como un chiste, un alto cargo de Renfe dijo que seria más barato poner un taxi a cada pasajero.
Aquí el AVE has costado un horror, y cuesta otro horror mantenerlo, y lo peor es que el número de pasajeros del AVE es muy pequeño.
El coste del AVE por cada viajero es terrible.
Pero el gastar es esencial si quieres aparentar (y pillar).
España es líder mundial en km de vía por habitante, y colista en pasajeros.
Un panorama, por lo general, desolador. Es la conclusión que parece extraerse del estudio que FEDEA presentaba esta semana sobre La experiencia internacional en alta velocidad ferroviaria. En todo el mundo, la alta velocidad se concentra en Europa occidental y Asia oriental, y sólo dos líneas han proporcionado rentabilidad económica clara: la japonesa Tokio-Osaka y la francesa París-Lyon.
El AVE Barcelona-París ha fracasado y la prueba es que los concesionarios del tramo Figueres-Perpignan, las constructoras ACS y Eiffage, reclaman a los estados francés y español la friolera de 428 millones ante la inviabilidad económica de la concesión. Los tramos que mejor funcionan son los más cercanos a las dos capitales. Pero el conjunto del proyecto, que fue defendido a capa y espada tanto por el Gobierno como por la Generalitat, fue otro despropósito de planificación de infraestructuras: convertir el AVE en el cercanías más caro del mundo.
Los factores principales por los que carecía de sentido eran tres: la distancia, Barcelona y París, ciudades que están a más de mil kilómetros, una distancia excesiva para poder competir con el avión; la escasa demanda; y el excesivo tiempo de viaje de la opción sobre raíles.
El AVE de Galicia, tres cuartos de lo mismo, y en Andalucia, más de lo mismo.