miércoles, 22 de junio de 2016
El suplicio crónico de fin de mes
Un tercio de los españoles está al borde de la pobreza, y muchos de ellos votan el 26-J. Hay una nueva categoría de pobre: ya no está en paro, pero trabaja por un sueldo mísero.
Hay muchísimos españoles que llegarán a las elecciones pero no más allá, a final de mes. El día 26 ya estarán en números rojos, tirando de tarjeta de crédito, si la tienen, o pidiendo que les fíen en la tienda del barrio. Votarán con un agujero en el bolsillo. Son más de seis millones de personas, el 13,7% de la población, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE) de hace un mes. Aunque el número total de ciudadanos que están al filo, con riesgo de pobreza o exclusión social, son 13,6 millones, un 29% de la población. Bastantes votos, y cabreados.
Buena parte de España se contrae en la última semana de cada mes, aguantando la respiración. Los días de pago del paro y de la pensión, el 10 y 20 de cada mes, se registran picos espectaculares de ventas.
Pero el perfil medio de quien no llega a fin de mes es el de alguien mucho más integrado. Ancianos y matrimonios que visitan cinco supermercados buscando el papel higiénico más barato. Han eliminado hace tiempo el teléfono fijo, saltan a las ofertas más baratas de móvil...
Porque ha cambiado el prototipo de pobre, un truco mágico de la salida de la crisis: ya no es alguien en paro, sino que trabaja pero le pagan una miseria.
Muchas familias han salido de la crisis pero en situación de precariedad, con trabajo pero sueldos muy bajos.
La angustia del fin de mes se ve en otras señales. Se han disparado los préstamos fáciles, de cantidades pequeñas, 300 euros para salir de un apuro. Esos anuncios de la tele que te dicen llame ahora.
El 40% de los hogares españoles, según el INE, no se puede permitir salir de vacaciones ni una semana al año.